Hoy salí a correr, como desde hace unas semanas. Me adentré en ciertas callejuelas que la retórica sexenal previa llamaba chacas y a las pocas cuadras entré en otras, que la retórica sexenal presente llamaría fifís. En ambas pude sentir, como no había sentido antes, el latir de la bestia, su respiración ácida y su corpulencia en movimiento.
Ha vuelto.
Foto: Francisco Luna.
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