Sorprendido por la vida,
en marzo dejó este plano
Manuel Martínez Morales;
mas un legado ha quedado
para el mundo de la ciencia.
Del conocimiento amante,
matemático, poeta;
no hubo letra apabullante
o número, en su ecuación;
desde que él era un infante.
Impulsaba el pensamiento
y lo hallaba apasionante.
Que en paz descanse, Mané
y su luz nunca se apague.
Fernanda Sánchez Arévalo
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