Luchamos por generar al mejor de ellos, por hacerlos armas temibles. Neutralizamos a quienes buscaban cerrar los laboratorios de producción. En esa euforia investigativa logramos el mejor modelo: U14N0. Se metía por los poros, invadía las células. Era la muerte digital, diminuta e irremediable. No sabíamos entonces que su cuerpo micrométrico albergaba una caja de Pandora enteramente abierta. Pronto comenzó a replicarse sin fin, substituía plantas e intoxicaba animales. A su paso, sólo quedaba el tapiz grisáceo de la extinción. Entendimos que no había retorno.
Ahora hay pocos islotes libres de plaga, se acaba el tiempo. La cibertundra se acerca…
Arturo Luna
15abril2021
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