Era un lancero inexperto
que asesinó a su caballo;
Ulano, así le llamaban,
pero él no lo recordaba.
John es flaco, debilucho
y a las escobas le teme,
la gitana lo sabía.
No dijo si fue un polaco,
o algún soldado francés,
pero él hablaba en inglés,
y al caballo acariciaba
mientras su madre exclamaba:
"eres grande, mi pequeño,
un gallardo caballero".
Su padre era cazador,
y él miraba alrededor;
de las lanzas se escondía.
Aquellos juegos de guerra
en su mente aborrecía.
Fernanda Sánchez Arévalo
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