Chirría la puerta
Dentro de mí
El hambre de ayer me invade
Y el alma se deshace en gemidos roncos
Palpita un corazón que sangra desde antes
Desde vidas pasadas
Por el vacío cósmico que nos separa
La hora pasa
Y el insomnio sigue entre las sombras
Cobrando formas mundanas
Ya no estoy aquí
Y lo corroboro
Porque tropiezo con esa espuma salina
En la orilla de un mar desconocido
Me acompaña ese perro vagabundo
Que espanta a los otros
Que fingen que duerme en el vagón del olvido
Por qué el reloj avanza más de prisa?
Escucho sus manecillas marcar los segundos
Me asusta el pasar del tiempo
Tic tac
Y el ventilador marca los segundos
Y el tiempo va de de prisa
Las manecillas del reloj
Susurran viento
Frescos minutos
Que se aproximan
Llega la hora de postrarse
Expiar las culpas
ante el altar...
Mirna Romero
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