19feb2021
Llegué temprano al fin. Entré a mi cabina sin encender las luces. Mal cálculo, me sumergí en las aguas negras de un abismo abisal. A lo lejos se oían alarmas, sirenas blandiendo sus gargantas en duelo por algún desdeñoso Odiseo -no era yo, desde luego. Nadé y nadé hacia el distante brillo de la superficie. A cada brazada parecía alejarse más el filo de ese horizonte de obsidiana. Tras lo que parecieron años, logré acercarme y luego emerger. Los ocho segmentos de un viejo reloj se burlaron de mi en capícua: 10:01. Mi segundo turno empezaba las 8:00.
#ViernesDeBocadillos
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