sábado, 29 de enero de 2022

PAX Sideralis

Avanzó hasta que sus pies tocaron el agua que, ondulosa y brillante, mojaba los labios amarillos de la playa. Un beso repetido y fugaz. En su casco, aún pendía el águila morena enfurecida, desgastada... nostálgica. Bajó el arma. La punta siseante provocó un vórtice en el líquido.

A lo lejos, su compañero yacía tendido. 
Recordó cuando venían aquí tras escaparse de la escuela. 
Ahí estaba, negruzco, abiertas las entrañas cual paraguas invertido del que emanaban 
jugos y gases, y el dolor que a él le inundaba el pecho. 
 
La sirena aulló nuevamente.
Apretó los dientes. Otro ataque estaba en curso.

 

No hay comentarios: