Me despertó el sonido de la campana y pensé: "dejen dormir, caray no me hagan eso, la basura la llevo conmigo". Sí, desde que amenece me cuento chistes, juego con las palabras y me río de mí misma. No, no estoy loca, en realidad es lo que me mantiene cuerda.
Está bien, me concentro en lo que les quiero relatar. A partir de ese día comencé a escuchar campanas. No era el camión de la basura, son esos mensajes que me llegan a veces al despertar.
Todos los días escucho el sonido, me pongo alerta, tomo el lápiz y el papel que tengo al lado de la cama; pero, ¿qué creen?, llevo tres meses intentando descifrar los mensajes.
Mañana saldré a ver si se trata del camión de la basura.
Fernanda Arévalo
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